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lunes, 14 de julio de 2014

El Carrusel del Diablo (1ra parte)

Hace algún tiempo escribí un post acerca de lo traumático que se ha vuelto hoy día tener que usar el servicio del Metro de Caracas. Puedes recordar ese post AQUÍ. Y esta vez le tocó el turno al IFE, o Instituto de Ferrocarril del Estado.


Si eres usuario frecuente del ferrocarril que une a Caracas con los Valles del Tuy, este post te encantará. Pero por el contrario, si no lo eres, este post te servirá de gran ayuda para pensarlo mejor el día que desdichadamente tengas que montarte en ese “Carrusel del Diablo”, como cariñosamente lo he bautizado yo. Coje dato de lo que aquí leerás.

En ese infernal tramo de ferrocarril, que va desde Caracas hasta Cúa, y que está conformado únicamente por 4 estaciones, cualquer cosa, por inverosímil que parezca, te puede suceder. Desde ver borrachos chavistas brincar por encima de la gente, hasta puñaladas, botellazos, tiroteos, vendedores ambulantes, ciegos pedigüeños, mesías predicadores y hasta abuelas raperas podrías encontrarte en ese recorrido de tan sólo 35 minutos. Mal servicio en las taquillas y por parte de los operadores, mala organización de las interminables colas de usuarios y de las horas de salida de los trenes, equipos dañados, instalaciones sucias como un chiquero y baños públicos que NUNCA funcionan, son sólo algunas de las cosas con las que tienen que lidiar los que hacen vida en los Valles del Tuy y utilizan este servicio alterno, “la solución revolucionaria” para estos habitantes, como les han tratado de hacer creer. 

¡Y vamos! Que el ferrocarril no es malo. De hecho, en lo particular pienso que es una maravillosa idea esa utopía que Chávez en algún momento le vendió a sus seguidores, la de forrar el territorio nacional de vías férreas, de norte a sur y de oriente a occidente, tanto para el transporte humano como para el industrial. Para nadie es un secreto que uno de los sistemas de transporte más baratos del planeta es el ferroviario. Lo que sucede es que lamentablemente vivimos no en el 3º ni el en 4º, sino en el 5º mundo… ¡en el inframundo, pues! Y la velocidad con que nuestros políticos prometen y emocionan a sus borregos/seguidores lamentablemente no es proporcional a la velocidad del cumplimiento de dichas promesas cuando agarran el coroto.

Al ritmo que vamos de construcción de estaciones del Metro y otras vías de trenes en Venezuela, versus la falta de materiales de construcción y los paros laborales por falta de pago y chanchullos de las contratistas, si mis cálculos son correctos, podremos tener una Venezuela “ferrocarrilizada” más o menos como en el año 8.154. Y eso si la raza humana no se ha ido a otra galaxia o se ha extinguido.

¡A esa velocidad trabaja el progreso bajo la dirección del socialismo! Pero no nos desviemos. El tema de este post es el fucking ferrocarril que tenemos. El único que medio funciona, de 4 estaciones, como ya mencioné y que es un caos. No me quiero ni imaginar a los ineptos del Metro de Caracas o del Instituto de Ferrocarril trabajando y dirigiendo las operaciones de un Metro como el de Japón, por ejemplo. ¡CAOS TOTAL!


Y estos imberbes nos quieren hacer creer que vamos tener trenes desde Maracaibo hasta La Patagonia. ¡Bah!

Volviendo a la realidad, a la basura de tren que tenemos, ellos tienen unas normas bien particulares (como las que el Metro tuvo en su momento, pero que nadie cumple ni se encarga de hacer cumplir) que creo conveniente analizar aquí. Ya sabes: Estas normas sólo son de adorno, porque NADIE LAS RESPETA. Veamos:

  • No llevar bultos ni paquetes grandes: ¡Nadie le para a esto! ¿Por qué le venden fichas/tarjetas de acceso a personas que viajan cargados de cajas y bultos? ¿Por qué los manganzones que están en los torniquetes de entrada lo permiten? Los pasajeros que viajan con paquetes grandes de verdad que ocasionan un gran caos, y al resto de los usuarios parece no importarle. Yo he visto personas hasta con GUACALES de verduras, bicicletas armadas y cajas más grandes que ellos mismos.
     
  • No pasar entre los coches (vagones): Nadie supervisa esto, porque sencillamente cuando el tren está en movimiento no hay personal que supervise el viaje. Los vendedores, pedigüeños y artistas (que más adelante menciono) se pasan de vagón en vagón sin que a nadie parezca afectarle. ¿Cuándo se pondrán serios con esta norma? ¿Cuando se caiga el primer malviviente a las vías?
     
  • No transportar productos inflamables o explosivos: ¿Quién revisa esto? Esta es una norma estúpida, tan estúpida como la resolución que existe ahora de colocar en todos los lugares públicos un cartelito que reza: “No se acepta el porte ilícito de armas”. ¡Por favor! El hampa en este país se caga de la risa de ésta y todas las normas habidas y por haber. ¿Inflamable? El alcohol es inflamable. Y he visto a muchas personas bebiendo caña y/o fumando en el tren. ¿Quién hace algo al respecto?
     
  • El personal está capacitado para ayudarle: ¡FALSO! Y soy capaz de entrevistarme con el mismísimo director del Instituto Basura de Ferrocarril del Estado para demostrarle que esto es MENTIRA. ¡El personal que labora allí NI HABLAR SABE! Todos, es decir, TODOS, son unos inútiles, de mal aspecto, mal hablados, parásitos de mierda. Vayan Uds. a saber cómo demonios entraron a trabajar allí. ¡Qué asco de personal! ¡Qué asco como tratan a  los usuarios! El departamento de RRHH del IFE necesita una movida de mata ¡urgente!
 
  • No correr en las estaciones: ¡El sólo hecho de ver esta norma escrita DA RISA! El 95% de los usuarios en las instalaciones del ferrocarril nunca camina. De hecho, parecen caballos en un hipódromo. ¡Te llevan por delante sin importar si eres un viejito o andas con muletas! Y es algo bien curioso y digno de analizar: ¿Por qué corren? ¿Por qué tanto apuro? ¿Tanto afán es por llegar rápido a una vivienda miserable, con una esposa gorda, maloliente y amargada, con 4 mocosos encima? ¿Corren para llegar temprano a ver la novela? ¿Todos tienen diarrea, acaso? ¿Qué coño pasa, que todos corren y yo no me entero? En fin, amigos míos, que de verdad que el misterio de “¿Por qué corren los tuyeros?” es algo que aún continúo investigando y espero pronto descubrir. Lo cierto es que eso de NO CORRAS, es mentira… la verdadera norma debería decir: “¡CORRE COMO ALMA QUE LLEVA EL DIABLO, MALDITO!”
     
  • No botar los desperdicios en el suelo: Uno no sabe quien es más BASURA: Si la BASURA que escribió estas normas, la BASURA de empleado del IFE que no hace cumplir las normas cuando ve a los usuarios ensuciar, la BASURA de usuario que todo lo ensucia, o la BASURA de operario de “limpieza”, que dicho sea de paso, ¡limpian mal! ¡Ah! Y en los baños públicos (QUE NUNCA FUNCIONAN, POR CIERTO, Y LOS TIENEN BAJO LLAVES), los operarios de limpieza te quieren cobrar por entrar, por lavarte las manos o simplemente por verte en el espejo. ¡Su madre!
     
  • Pliegue el coche de su bebé al ingresar al sistema: Es mentira. He visto gente con los cochecitos de los bebés armados, ¡Y HASTA COCHES DE GEMELOS HE VISTO! ¿No hay quien controle esto? ¡Y cuidado que tropiezas al coche o al bebé de esos energúmenos usuarios! ¡Porque a puñaladas puedes morir!
     
  • Niños mayores de 4 años deben pagar su pasaje: ¡Falso! Basta con pararse en los torniquetes para ver que mucha gente “viva e’ la pepa” carga a sus “malandritos en potencia” a la hora de pasar por los mismos o pasan “pegados” con sus padres. Y otra vez: ¡Nadie hace nada al respecto!
     
  • No ingresar al sistema con mascotas: Si esta norma verdaderamente se cumpliera, el tren sencillamente ¡NO FUNCIONARA! Los trabajadores del IFE son animales, los pasajeros son animales y a este país lo gobiernan animales, sin duda alguna. He visto gente con gallinas, loros, perros, gatos, periquitos, palomas, conejos y hasta monos. ¿Será que pasan cubiertos con la capa de Harry Potter, que nadie les dice nada?
     
  • Portar el “pasaje preferencial”: Esto nadie lo pide. El pasaje preferencial se le otorga a los estudiantes de las universidades mamarrachas bolivarianas y a los viejos, beneficiarios de una mamarracha pensión. Personalmente he visto que dejan pasar “preferencialmente” a las personas conocidas o panas de los que trabajan en el IFE. Y además, los vagones preferenciales, donde se supone que sólo entran viejitos o personas incapacitadas o embarazadas, tienden a ser los vagones de donde te bajas mas empujado, pisado, pateado y malogrado. ¡Cómo echan coñazos los viejos para agarrar un maldito puesto!
     
  • Utilice audifonos: Tukky que se respeta, siempre anda con su celular encendido y sonando a todo cañón; y ahora con los MP3 esos con cornetas incorporadas, es peor la cosa. A los marginales les gusta compartir su asquerosa música con el entorno que los rodea. Eso los hace felices. Pareciera que les proporcionara un orgasmo de dimensiones inimaginables. ¡Esos malditos tienen un celular carísimo, pero no les alcanza la plata para comprarse unos audífonos de 40 bolos! Mi recomendación: No abordes un tren sin tener tus propios audífonos. Porque puedes llegar loco a tu destino. Hablo en serio.
     
  • Mantenga a los niños tomados de la mano: ¿Cuáles niños? Yo sólo he visto a mocosos infernales sueltos que gritan, lloran y te muerden o llenan de moco si los tropiezas. Con esta norma las cosas funcionan al revés: Por un lado están los irresponsables padres que no agarran a sus demonios hijos, y estos andan correteando por todas partes, dentro y fuera de los vagones; y por otro lado están los padres MAMAWEBOS que tienen un bebé de 8 meses que apenas está aprendiendo a gatear y ya lo quieren poner a caminar tomado de la mano, y justo delante de ti, haciendo que todos los que vienen detrás caminen a la velocidad de un caracol. ¡Qué maldición! ¡Carga a tu muchacho, coño!
     
  • Prohibido ingresar al sistema en estado de ebriedad: ¡JAJAJAJA! Si esta norma la hicieran cumplir, los vagones se llenarían a la mitad. Tendrán que poner alcoholímetros antes de ingresar a los torniquetes, porque es descarada la manera en que la gente bebe y anda ebria en los trenes.
     
  • Los ascensores son sólo de uso preferencial: ¡FALSO! Siempre veo usar los ascensores a los gordos barrigones, a chamos flojos, a los vivos de la pepa que ingresan con inmensas cajas y bultos, a los policías inútiles y a los empleados parásitos del IFE. Es verdad que los ascensores lo usan los viejitos y los incapacitados, pero también los usan las piltrafas que mencioné. ¿Y quién controla esto?
     
  • Usa la ficha token: No sé quien fue el idiota que trajo el actual sistema de torniquetes del ferrocarril a Venezuela (tuvo que ser algún chavista enchufadísimo), pero lo cierto del caso es que uno de los principales problemas que sufre el tren es precisamente su sistema de torniquetes. El cuello de botella que forman estos torniquetes es, sin lugar a dudas, ¡UNA CAGADA! Debes hacer “check-in” al ingresar y al salir de las instalaciones, lo cual, a mi modo de ver, retrasa demasiado la salida de los usuarios, formándose siempre tremendos “parampampan” en las enormes colas de salida. ¿Por qué no hacen como en el Metro, y ponen “salida libre” en los torniquetes destinados para tal fin? Definitivamente el que creó este sistema, con esos inoperantes torniquetes ¡NO USA EL TREN!
     
  • Abstenerse de caminar por las vías férreas: En honor a la verdad, no he visto a nadie que haga esto… todavía. Pero sé que ese día no está muy lejos. Sé que llegará el día en que los anormales tuyeros caminen por las vías para llegar más rápido a su lugar de destino… ¡Lo sé!
     
  • No fumar: He visto gente fumar en las instalaciones del tren, y no solos, sino en grupitos. ¿Será que soy el único que ve estas aberraciones o será que soy un paranóico de mierda?
     
  • No comer: El usuario del “Carrusel del Diablo” no sólo come, sino que también bebe (como ya lo mencioné) ¡Y BRINDA! Podrás ver a los usuarios degustar comida casera, mondongo, hamburguesas de McDonald's, donuts, morcillas, bollos pelones, arepas y hasta hallaquitas de chicharrón. Y esto sin contar las miles de chucherías que venden adentro. ¿Y de beber? Verás botellas de refresco, agua, jugos, cerveza, ron, anís y sangría... entre otras bebidas espirituosas de dudosa procedencia. En fin que, están a la orden del día los descarados comensales comiendo y bebiendo de manera inescrupulosa sin que los que deben poner orden en la vaina hagan algo. ¡Qué asco!
 
En la próxima entrega de este post continuaré con mi análisis exhaustivo de la basura de servicio que nos ofrece la cagada del IFE. ¡No se lo pierdan!

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